Cinta de papel, tijeras, cinta métrica, espátula plástica (una tarjeta de crédito que ya no uses o un repasador sirven también).
Nuestros vinilos pueden ser aplicados sobre superficies lisas y no porosas como paredes, ventanas, espejos, cerámicos o puertas.
Una vez que hayas decidido dónde aplicar el vinilo, limpiá bien toda la superficie y asegurate de que esté completamente seca y libre de polvo y suciedad antes de comenzar con la instalación. Tené en cuenta que el vinilo repite todas las imperfecciones de la superficie sobre la que se aplica.
Presentá el vinilo sobre la pared o superficie donde lo quieras aplicar. Usá cinta de papel para mantenerlo en su lugar, medí, movelo a gusto hasta que estés seguro de que esté exactamente donde lo querés. Aseguralo con la cinta de papel para que no se mueva.
Si tu plancha tiene varios vinilos, recortalos y separalos para ubicarlos como más te guste.
Despegá cuidadosamente el papel base, asegurándote de no mover el vinilo. Empezá por una esquina superior, y doblá el papel base sobre si mismo para poder ir sacándolo de a poco. Pegá la parte superior del papel transfer a la pared para que el vinilo no se mueva. Si el vinilo es grande conviene ir sacando el papel base de a poco a medida que vas pegando la parte de arriba. Si el vinilo es chiquito puede sacarse por completo de una vez.
Con una espátula plástica, tarjeta de crédito o repasador comenzá a pegar el vinilo con cuidado, siempre con movimientos en diagonal de arriba hacia abajo, y del medio hacia afuera (movimientos hacia arriba o hacia adentro hacen que queden burbujas de aire). Despegá de a poco el papel base y seguí pegando el vinilo hasta que esté pegado por completo.
NOTA: Si la superficie tiene uniones, asegurate de que el vinilo pegue bien y repita la superficie, para que no le entre polvo o humedad por debajo. Si es muy texturada te va a convenir instalarlo con un trapo suave. Si aplicás mucha presión con un elemento duro sobre una superficie texturada podés llegar a cortar el vinilo.
Despegá cuidadosamente el papel transfer, teniendo especial cuidado con partes pequeñas del vinilo. Si se levantan un poquito al sacar el papel transfer, pegalas cuidadosamente con el dedo y seguí sacando el papel.
Si llegara a quedar alguna burbuja (no debería) podés hacer un pequeñísimo agujero o corte con una aguja o trincheta bien afilada -con extremo cuidado- en la parte inferior de la burbuja y repasarlo con la espátula de arriba hacia abajo para que salga el aire.
¡¡Listo!! Ahora hacé 3 pasos para atrás, sonreí, y disfrutá de tu obra y tu ambiente renovado!